Esta vez es definitivo y mañana me pondrán el culo como la bandera de Japón por duplicado, así que espero que nos veamos en un mes mas o menos y que todavía esteis por aquí.
Tras el post de P.T. Barnum he buscado historias de gente rara y me he topado con Jeffery Hudson, un enano que vivió en el siglo XVII en la corte de la Reina de Inglaterra, con una vida bastante curiosa en la que pasó del todo a la nada y que quiero compartir con vosotros.
Nuestro amigo nació en 1619 en Rutland, el condado más pequeño de Inglaterra y con un lema que parece estar hecho a propósito de un enano: “Mucho en poco”. Jeffery llamó la atención desde muy niño porque a pesar de medir entre 46 y 50 cm de alto tenía un físico absolutamente proporcionado. A los siete años entró al servicio de la Duquesa de Buckingham, que luego se lo regaló a la Reina Enriqueta María de una forma muy curiosa: salió de un pastel vestido con una pequeña armadura de caballero y luego bailó ante la Reina.
A partir de entonces formó parte de la corte real, viviendo en el lujo y ofreciendo de tanto en tanto algún que otro espectáculo para los invitados reales a lo largo de los años. También aprovechó muy bien el tiempo, ya que aprendió un francés perfecto, muy útil en una corte francesa enclavada en suelo inglés, y tenía una elevada cultura general. Este refinamiento lo convertía en la atracción principal de los grandes banquetes y le ayudó a codearse exitosamente con algunas de las familias más poderosas de Europa.
En 1642 estalló una guerra civil entre Parlamentarios y Reales utilizando la nacionalidad y religión de la reina como excusa. La consorte se refugió en los Países Bajos primero y luego en Francia. Jeffery acompañó a la reina, que lo nombró capitán, título que conservaría con orgullo durante el resto de su vida. Según varias fuentes llegó a participar directamente en la guerra bajo el mando del Principe Rupert, siendo ordenado caballero por el mismísimo Carlos I con el título de "Lord Minimus". En Holanda fue retratado por el famoso pintor Van Dyck junto a la reina.
Nuestro amigo estaba en la cúspide de su gloria, pero el éxito se le subió a la cabeza. Al hermano del jefe de guardaespaldas de la Reina se le ocurrió gastarle una broma. Jeffery agarró un cabreo monumental y lo retó a un duelo, acertando a darle un disparo entre las cejas a su oponente. Para su desgracia, los duelos estaban fuertemente penados por la Ley en Francia, y solo tras la intervención de la Reina Lord Minimus salvaría su pellejo, aunque lo expulsaron de la corte. No tenía mas remedio que volver a Inglaterra.
Como si el destino se hubiese puesto en su contra, al poco de embarcar fue capturado por piratas musulmanes del norte de África, con los que pasó los siguientes 25 años realizando trabajos forzados y bailando para sus esclavistas en su “tiempo libre”. De forma curiosa, durante su época de esclavo creció 50 cm, lo que nos indica que no era exactamente un enano, sino que tenía una deficiencia hormonal llamada hipopituitarismo, que se puede paliar en cierta medida con ejercicios de esfuerzo físico.
Fue rescatado en 1655 cuando varios contingentes ingleses recorrieron el norte de África en busca de paisanos que liberar. Tras volver a su tierra recibió una recompensa del nuevo rey Carlos II y emprendió una vida tranquila durante varios años, rechazando incluso una reinvitación a la corte, hasta que se quedó sin dinero y se le ocurrió ir a Londres a pedir una pensión por su participación en la guerra.
Tras el post de P.T. Barnum he buscado historias de gente rara y me he topado con Jeffery Hudson, un enano que vivió en el siglo XVII en la corte de la Reina de Inglaterra, con una vida bastante curiosa en la que pasó del todo a la nada y que quiero compartir con vosotros.
Nuestro amigo nació en 1619 en Rutland, el condado más pequeño de Inglaterra y con un lema que parece estar hecho a propósito de un enano: “Mucho en poco”. Jeffery llamó la atención desde muy niño porque a pesar de medir entre 46 y 50 cm de alto tenía un físico absolutamente proporcionado. A los siete años entró al servicio de la Duquesa de Buckingham, que luego se lo regaló a la Reina Enriqueta María de una forma muy curiosa: salió de un pastel vestido con una pequeña armadura de caballero y luego bailó ante la Reina.
A partir de entonces formó parte de la corte real, viviendo en el lujo y ofreciendo de tanto en tanto algún que otro espectáculo para los invitados reales a lo largo de los años. También aprovechó muy bien el tiempo, ya que aprendió un francés perfecto, muy útil en una corte francesa enclavada en suelo inglés, y tenía una elevada cultura general. Este refinamiento lo convertía en la atracción principal de los grandes banquetes y le ayudó a codearse exitosamente con algunas de las familias más poderosas de Europa.
En 1642 estalló una guerra civil entre Parlamentarios y Reales utilizando la nacionalidad y religión de la reina como excusa. La consorte se refugió en los Países Bajos primero y luego en Francia. Jeffery acompañó a la reina, que lo nombró capitán, título que conservaría con orgullo durante el resto de su vida. Según varias fuentes llegó a participar directamente en la guerra bajo el mando del Principe Rupert, siendo ordenado caballero por el mismísimo Carlos I con el título de "Lord Minimus". En Holanda fue retratado por el famoso pintor Van Dyck junto a la reina.
Nuestro amigo estaba en la cúspide de su gloria, pero el éxito se le subió a la cabeza. Al hermano del jefe de guardaespaldas de la Reina se le ocurrió gastarle una broma. Jeffery agarró un cabreo monumental y lo retó a un duelo, acertando a darle un disparo entre las cejas a su oponente. Para su desgracia, los duelos estaban fuertemente penados por la Ley en Francia, y solo tras la intervención de la Reina Lord Minimus salvaría su pellejo, aunque lo expulsaron de la corte. No tenía mas remedio que volver a Inglaterra.
Como si el destino se hubiese puesto en su contra, al poco de embarcar fue capturado por piratas musulmanes del norte de África, con los que pasó los siguientes 25 años realizando trabajos forzados y bailando para sus esclavistas en su “tiempo libre”. De forma curiosa, durante su época de esclavo creció 50 cm, lo que nos indica que no era exactamente un enano, sino que tenía una deficiencia hormonal llamada hipopituitarismo, que se puede paliar en cierta medida con ejercicios de esfuerzo físico.
Fue rescatado en 1655 cuando varios contingentes ingleses recorrieron el norte de África en busca de paisanos que liberar. Tras volver a su tierra recibió una recompensa del nuevo rey Carlos II y emprendió una vida tranquila durante varios años, rechazando incluso una reinvitación a la corte, hasta que se quedó sin dinero y se le ocurrió ir a Londres a pedir una pensión por su participación en la guerra.
Tuvo la mala suerte de llegar a la capital durante una de las purgas anti-católicas más severas jamás vistas en suelo inglés, el Popish Plot (Complot papista). Lo reconocieron, lo apresaron y lo metieron en la Gate House, una de las cárceles mas terribles, donde estuvo dos años hasta que lo liberaron.
Murió por causas desconocidas dos años más tarde.
Besos a tod@s y nos vemos pronto.