Hola, amigos:
Hoy trataremos una historia muy poco conocida pero absolutamente real, no solo por ser cierta, sino porque afecta a nuestro rey Juan Carlos I.
Si preguntamos cuántos hermanos ha tenido el rey, la contestación suele ser que dos hermanas y eso es un error, porque además tenía un hermano, llamado Alfonso, nacido en Roma el 3 de Octubre de 1941, cuatro años menor.
En 1956, con 18 años, Juan Carlos llevaba un año estudiando en la Academia Militar de Zaragoza como cadete. Durante las vacaciones de Semana Santa viajó a Estoril, en Portugal, donde vivía exiliada su familia bajo la tutela y vigilancia del dictador portugués Salazar, amigo del Generalísimo.
El 29 de Marzo, por la tarde, se oyó un disparo en la casa. El hermano de Juan Carlos, de 14 años, estaba herido de mucha gravedad. Poco despues de las ocho y media de la noche, el médico de la familia, el doctor Joaquín Abreu Loureiro, solo pudo certificar la muerte del chico.
El comunicado oficial distribuido por la Embajada de España en Lisboa decía textualmente: «Mientras su Alteza el Infante Alfonso limpiaba un revólver aquella noche con su hermano, se disparó un tiro que le alcanzó la frente y le mató en pocos minutos. El accidente se produjo a las 20:30, después de que el Infante volviera del servicio religioso del Jueves Santo, en el transcurso del cual había recibido la Santa Comunión». Es decir, que Alfonso se había disparado a sí mismo en la frente limpiando un revólver.
El problema es que lo que sucedió no era exactamente eso.
La propia madre de Juan Carlos y Alfonso, Doña María de las Mercedes, dio a entender tiempo después que los hermanos se habían peleado esa tarde y ella les dió permiso para jugar con unas armas para que dejaran de hacerlo. Jugando, Juan Carlos había apuntado el arma hacia Alfonso, sin saber que la misma estaba cargada, y había apretado el gatillo. En parecidos términos, parece que el propio Don Juan Carlos confesó a un amigo portugués, Bernardo Arnoso, que él había disparado sin saber que había balas en el arma.
Alfonso recibió sepultura en el cementerio de Cascais, al mediodía del sábado 31 de marzo de 1956. Juan Carlos asistió a la ceremonia vestido con el uniforme de oficial cadete de Zaragoza. Incapaz de soportar la presencia de su hijo mayor, Don Juan le ordenó que volviera a la Academia Militar. El general Martínez Campos y el comandante Emilio García Conde se habían presentado allí con un avión militar español enviado por Franco en el que el Príncipe fue devuelto a Zaragoza.
Don Jaime de Borbón, hermano de Juan de Borbón y tío de Juan Carlos y Alfonso, exigió, en su calidad de jefe de la Casa de Borbón, que se abriera una investigación al respecto para depurar la responsabilidad del príncipe Juan Carlos, al considerar que podía afectar a la línea sucesoria, pero fue paralizada y censurada por orden de los dictadores de los dos paises, interesados en que el escándalo no salpicase al sucesor de Franco.
La muerte de Alfonso afectó mucho emocionalmente a su madre, Doña María de las Mercedes de Borbón, que tuvo que ser tratada en Alemania por sus depresiones, y también a su padre, que nunca volvería a tener una relación padre-hijo normal con Juan Carlos.
Ahora viene lo mas peliagudo. Se sabe que la relación entre los hermanos no era buena, y tampoco la relación entre Juan Carlos y su padre. También que había muchos intereses políticos alrededor de ellos. En esa época, Don Juan se había arrepentido de ceder la educación del príncipe al Caudillo y se planteaba romper el acuerdo temiendo que su hijo mayor fuese moldeado por Franco. Juan Carlos tenía cerca la corona y no quería renunciar a élla, pero su padre tenía la sartén por el mango: técnicamente, Juan Carlos no era príncipe porque su padre no era rey. Si aceptaba suceder a Franco y don Juan le desautorizaba, este todavía tenía guardada una baza en su hijo pequeño. Al fallecer Alfonso, don Juan se quedó prácticamente sin recursos ante Franco.
¿Un cadete militar no sabe si su arma está descargada? Pensad fríamente en la escena. Una tarde, dos hermanos que no se llevan bien, que tienen muchísimos intereses en juego, se pelean, uno coge una pistola, apunta a la frente del otro y dispara.
¿Asesinato? Por lo menos, irresponsabilidad por parte de Juan Carlos de Borbón, que tenía conocimientos sobre las armas, que cursaba en la Academia Militar de Zaragoza, y que teniendo ya 18 años de edad jugaba a semejante juego con su hermano menor.
Hoy día sigue siendo un asunto turbio, censurado, y cuesta muchísimo encontrar información y fotografías de Alfonso. Esta de la derecha hiela la sangre porque Juan Carlos es el que está de pie a la izquierda y parece que está mirando a su hermano con una mala ostia considerable.
Besos a tod@s
Hoy trataremos una historia muy poco conocida pero absolutamente real, no solo por ser cierta, sino porque afecta a nuestro rey Juan Carlos I.
Si preguntamos cuántos hermanos ha tenido el rey, la contestación suele ser que dos hermanas y eso es un error, porque además tenía un hermano, llamado Alfonso, nacido en Roma el 3 de Octubre de 1941, cuatro años menor.
En 1956, con 18 años, Juan Carlos llevaba un año estudiando en la Academia Militar de Zaragoza como cadete. Durante las vacaciones de Semana Santa viajó a Estoril, en Portugal, donde vivía exiliada su familia bajo la tutela y vigilancia del dictador portugués Salazar, amigo del Generalísimo.
El 29 de Marzo, por la tarde, se oyó un disparo en la casa. El hermano de Juan Carlos, de 14 años, estaba herido de mucha gravedad. Poco despues de las ocho y media de la noche, el médico de la familia, el doctor Joaquín Abreu Loureiro, solo pudo certificar la muerte del chico.
El comunicado oficial distribuido por la Embajada de España en Lisboa decía textualmente: «Mientras su Alteza el Infante Alfonso limpiaba un revólver aquella noche con su hermano, se disparó un tiro que le alcanzó la frente y le mató en pocos minutos. El accidente se produjo a las 20:30, después de que el Infante volviera del servicio religioso del Jueves Santo, en el transcurso del cual había recibido la Santa Comunión». Es decir, que Alfonso se había disparado a sí mismo en la frente limpiando un revólver.
El problema es que lo que sucedió no era exactamente eso.
La propia madre de Juan Carlos y Alfonso, Doña María de las Mercedes, dio a entender tiempo después que los hermanos se habían peleado esa tarde y ella les dió permiso para jugar con unas armas para que dejaran de hacerlo. Jugando, Juan Carlos había apuntado el arma hacia Alfonso, sin saber que la misma estaba cargada, y había apretado el gatillo. En parecidos términos, parece que el propio Don Juan Carlos confesó a un amigo portugués, Bernardo Arnoso, que él había disparado sin saber que había balas en el arma.
Alfonso recibió sepultura en el cementerio de Cascais, al mediodía del sábado 31 de marzo de 1956. Juan Carlos asistió a la ceremonia vestido con el uniforme de oficial cadete de Zaragoza. Incapaz de soportar la presencia de su hijo mayor, Don Juan le ordenó que volviera a la Academia Militar. El general Martínez Campos y el comandante Emilio García Conde se habían presentado allí con un avión militar español enviado por Franco en el que el Príncipe fue devuelto a Zaragoza.
Don Jaime de Borbón, hermano de Juan de Borbón y tío de Juan Carlos y Alfonso, exigió, en su calidad de jefe de la Casa de Borbón, que se abriera una investigación al respecto para depurar la responsabilidad del príncipe Juan Carlos, al considerar que podía afectar a la línea sucesoria, pero fue paralizada y censurada por orden de los dictadores de los dos paises, interesados en que el escándalo no salpicase al sucesor de Franco.
La muerte de Alfonso afectó mucho emocionalmente a su madre, Doña María de las Mercedes de Borbón, que tuvo que ser tratada en Alemania por sus depresiones, y también a su padre, que nunca volvería a tener una relación padre-hijo normal con Juan Carlos.
Ahora viene lo mas peliagudo. Se sabe que la relación entre los hermanos no era buena, y tampoco la relación entre Juan Carlos y su padre. También que había muchos intereses políticos alrededor de ellos. En esa época, Don Juan se había arrepentido de ceder la educación del príncipe al Caudillo y se planteaba romper el acuerdo temiendo que su hijo mayor fuese moldeado por Franco. Juan Carlos tenía cerca la corona y no quería renunciar a élla, pero su padre tenía la sartén por el mango: técnicamente, Juan Carlos no era príncipe porque su padre no era rey. Si aceptaba suceder a Franco y don Juan le desautorizaba, este todavía tenía guardada una baza en su hijo pequeño. Al fallecer Alfonso, don Juan se quedó prácticamente sin recursos ante Franco.
¿Un cadete militar no sabe si su arma está descargada? Pensad fríamente en la escena. Una tarde, dos hermanos que no se llevan bien, que tienen muchísimos intereses en juego, se pelean, uno coge una pistola, apunta a la frente del otro y dispara.
¿Asesinato? Por lo menos, irresponsabilidad por parte de Juan Carlos de Borbón, que tenía conocimientos sobre las armas, que cursaba en la Academia Militar de Zaragoza, y que teniendo ya 18 años de edad jugaba a semejante juego con su hermano menor.
Hoy día sigue siendo un asunto turbio, censurado, y cuesta muchísimo encontrar información y fotografías de Alfonso. Esta de la derecha hiela la sangre porque Juan Carlos es el que está de pie a la izquierda y parece que está mirando a su hermano con una mala ostia considerable.
Besos a tod@s
1 comentario:
Dos años después de su divorcio, el domingo 5 de febrero de 1984, cinco minutos antes de las ocho de la tarde, conduciendo un turismo Citroën CX 25 GTI, sufrió un terrible accidente automovilístico al chocar, rebasada una señal de STOP, contra un camión Pegaso en el cruce del ramal de salida de la autopista A15 (hoy AP15) con la carretera comarcal C-101 (hoy N-113) en el término de Corella (Navarra) cerca de Cintruénigo, cuando volvía de esquiar en la estación de Astún y, como consecuencia, su hijo mayor, Francisco de Asís, falleció en el hospital en Pamplona, el 7 de febrero de 1984 a los 11 años de edad, al no poder recuperarse de las gravísimas heridas sufridas. En el automóvil viajaba también su hijo menor, Luis Alfonso, y la seño de los niños, doña Manuela Sánchez Prat. Fueron trasladados al Hospital de Navarra, en Pamplona. Alfonso de Borbón y Dampierre no pudo estar en el entierro de su hijo al estar su propia vida en peligro. El nieto de Alfonso XIII sufrió un gran impacto psicológico a consecuencia de estos hechos.
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