sábado, 12 de septiembre de 2009

HAY QUE SER PRÁCTICOS


Hola, amigos:

Los que me conocen bien suelen decir que soy bastante peculiar para muchas cosas, pero olvidan el hecho de que sobre todo soy un tipo muy práctico. El intento de congelar preservativos a punto de caducar para alargar su vida útil, utilizar super-glue para coger los bajos de los pantalones o reciclar un edredón de IKEA como mantel para una cena "chic" no son mas que algunos ejemplos de esta practicidad que me caracteriza.

Y la historia me da la razón. Hay que ser prácticos. Aquí tenéis algunos ejemplos.

En el año 333 A.C. Alejandro Magno comenzaba su conquista del mundo. En un país llamado Frigia se encontraba con una reliquia muy particular: unas cuerdas atadas con un nudo imposible de deshacer, según la leyenda, salvo por el elegido para conquistar Oriente.

Tras oír pacientemente de boca de los sacerdotes las mil maneras en que miles de reyes habían fracasado al deshacer el nudo, Alejandro dijo: "lo mismo da cortarlo que desatarlo", sacó su espada, le pegó a las cuerdas un buen tajo y las separó.

Con dos cojones.

Y funcionó.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los pilotos estadounidenses ponían latas que contenían nata, azúcar y trozos de fruta en los compartimientos del artillero de popa de los bombarderos B-29. Las bajas temperaturas que sufrían a causa de la altura y las constantes vibraciones conseguían que se fabricase un helado bastante bueno.

Cuando EEUU comenzó a mandar astronautas al espacio se planteó un problema básico: ¿Cómo escribir en el espacio? La pregunta tiene su miga, ya que en la Tierra la tinta del bolígrafo se sitúa en la punta por efecto de la gravedad. En el espacio no hay, así que nos encontramos en una situación similar a cuando intentamos escribir en un papel boca arriba y no podemos escribir al poco rato porque la tinta tiende hacia abajo.

Para resolver este problema idearon y construyeron un aparatejo que pudiera escribir sin gravedad, naciendo así el bolígrafo de tinta a presión, tras un gasto de tiempo y dinero enormes.

Cuando acabó la guerra fría, la primera vez que americanos y soviéticos colaboraron juntos en una misión, los astronautas yanquis se quedaron de piedra al comprobar que el sistema de los rusos era... usar lápices.

Practicidad, amigos, practicidad.

Besos a tod@s

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