Hola, amigos:
El dia de Reyes estuve en Villaverde con unos amigos. Cenamos en un sitio donde comimos como emperadores y pagamos como campesinos, de lo bueno que estaba todo y lo barato que nos salió. Y en la sobremesa me acordé de esta fábula que ahora cuento para los que no la sabeis.
Érase una vez un país donde la magia coexistía con los seres humanos y una granja donde vivía un hombre con su mujer y sus tres hijos. Un día, la campesina se levantó de madrugada y al mirar por la ventana vió que la única vaca de la familia estaba muerta en el prado.
Era un desastre. ¿De dónde iban a sacar leche ahora? Era su única fuente de ingresos. La situación era tan desesperada que, sin pensárselo dos veces, se ahorcó.
El campesino se despertó poco después, vió a su esposa ahorcada y a la vaca muerta en el prado. Ante lo desesperado de la situación, decidió que no quería seguir viviendo y se pegó un tiro en la cabeza.
Entonces se levantó el hijo mayor, que vió que estaban muertos sus padres y la vaca, y decidió que no quería vivir mas, así que se fué al río pensando en tirarse al agua para ahogarse.
Pero en la orilla había una ninfa que le dijo:
¡Hola!, sé cual es la razón de tu angustia, y te voy a proponer un trato. Si me haces el amor cinco veces seguidas, usaré mi magia para que la vaca y tus padres vuelvan a la vida. Pero si no consigues amarme cinco veces, te tiraré al rio para que te ahogues, como era tu intención.
El chico procedió a hacerle el amor a la ninfa una vez, dos veces, tres veces, cuatro veces... y la quinta no fué capaz de completarla, así que la ninfa cumplió con su palabra y le tiró al río, donde se ahogó.
Entonces se despertó el segundo hijo, que vió a sus padres y la vaca muertos y se fue al río a suicidarse, pero vió a la ninfa, que le dijo que resucitaría a sus padres, a su hermano y a la vaca, si le hacía el amor diez veces; y si no, le tiraría al rio, dónde se ahogaría como eran sus planes. El chico accedió, pero al noveno intento tuvo que darse por vencido, así que la ninfa lo tiró al agua y murió ahogado.
Finalmente se levantó el hijo mas pequeño, que vió a sus padres y la vaca muertos, y que sus hermanos mayores habían desaparecido. Como no había nadie que pudiese cuidar de él, se fué al río a suicidarse. Y entonces vió a la ninfa, que le dijo:
He visto todo lo que ha ocurrido, y lo puedo arreglar todo gracias a mi magia; pero tendrás que hacerme el amor veinte veces, o te tiraré al rio para que te ahogues, como tenías planeado.
El chico contesta:
- Ya, ya... los seres mágicos habláis demasiado. ¿Quién me garantiza que no me pasa como con la vaca? Me prometió ayer un saco de oro por echarle 50 polvos y al que hizo 46 se murió...
Besos a tod@s
El dia de Reyes estuve en Villaverde con unos amigos. Cenamos en un sitio donde comimos como emperadores y pagamos como campesinos, de lo bueno que estaba todo y lo barato que nos salió. Y en la sobremesa me acordé de esta fábula que ahora cuento para los que no la sabeis.
Érase una vez un país donde la magia coexistía con los seres humanos y una granja donde vivía un hombre con su mujer y sus tres hijos. Un día, la campesina se levantó de madrugada y al mirar por la ventana vió que la única vaca de la familia estaba muerta en el prado.
Era un desastre. ¿De dónde iban a sacar leche ahora? Era su única fuente de ingresos. La situación era tan desesperada que, sin pensárselo dos veces, se ahorcó.
El campesino se despertó poco después, vió a su esposa ahorcada y a la vaca muerta en el prado. Ante lo desesperado de la situación, decidió que no quería seguir viviendo y se pegó un tiro en la cabeza.
Entonces se levantó el hijo mayor, que vió que estaban muertos sus padres y la vaca, y decidió que no quería vivir mas, así que se fué al río pensando en tirarse al agua para ahogarse.
Pero en la orilla había una ninfa que le dijo:
¡Hola!, sé cual es la razón de tu angustia, y te voy a proponer un trato. Si me haces el amor cinco veces seguidas, usaré mi magia para que la vaca y tus padres vuelvan a la vida. Pero si no consigues amarme cinco veces, te tiraré al rio para que te ahogues, como era tu intención.
El chico procedió a hacerle el amor a la ninfa una vez, dos veces, tres veces, cuatro veces... y la quinta no fué capaz de completarla, así que la ninfa cumplió con su palabra y le tiró al río, donde se ahogó.
Entonces se despertó el segundo hijo, que vió a sus padres y la vaca muertos y se fue al río a suicidarse, pero vió a la ninfa, que le dijo que resucitaría a sus padres, a su hermano y a la vaca, si le hacía el amor diez veces; y si no, le tiraría al rio, dónde se ahogaría como eran sus planes. El chico accedió, pero al noveno intento tuvo que darse por vencido, así que la ninfa lo tiró al agua y murió ahogado.
Finalmente se levantó el hijo mas pequeño, que vió a sus padres y la vaca muertos, y que sus hermanos mayores habían desaparecido. Como no había nadie que pudiese cuidar de él, se fué al río a suicidarse. Y entonces vió a la ninfa, que le dijo:
He visto todo lo que ha ocurrido, y lo puedo arreglar todo gracias a mi magia; pero tendrás que hacerme el amor veinte veces, o te tiraré al rio para que te ahogues, como tenías planeado.
El chico contesta:
- Ya, ya... los seres mágicos habláis demasiado. ¿Quién me garantiza que no me pasa como con la vaca? Me prometió ayer un saco de oro por echarle 50 polvos y al que hizo 46 se murió...
Besos a tod@s
1 comentario:
Hola amigo Mike. A pesar de la crisis y la 3º Guerra Mundial, seguimos "dando caña". Ahí tienes una nueva entrega de nuestros modestos comentarios.
¡Feliz año nuevo! (dentro de lo que cabe).
http://expressevilla.blogspot.com/
Publicar un comentario