martes, 10 de febrero de 2009

EL SENTIDO COMUN

Hola, amigos:

Hoy vamos a hablar del sentido común, el menos común de todos los sentidos, a través de unas historias con pequeñas moralejas, que se resumen en que si lo usáramos mas a menudo, antes de hablar o actuar, nos ahorraríamos vivir algunas situaciones incómodas.

Historia 1:

Una noche un pequeño avión estaba volando sobre New Jersey con cinco pasajeros a bordo: el piloto, Elsa Pataky, Bill Gates, el Dalai Lama, y un hippie.

De repente algo explotó con fuerza en el compartimento de equipaje, y el avión empezó a llenarse de humo. La puerta de la cabina se abrió y salió el piloto.

Caballeros, tengo buenas y malas noticias. Las malas son que nos vamos a estrellar. Las buenas son que hay cuatro paracaídas, ¡y yo tengo uno de ellos!

Dicho esto el piloto abrió la puerta y saltó.

Elsa Pataky se puso de pie en un instante.

Señores, soy la mujer más guapa del mundo. El mundo necesita belleza. ¡Creo que la mujer más bella del mundo merece tener un paracaídas!

Dicho esto cogió uno de los paracaídas restantes y saltó.

Bill Gates se puso de pie y dijo:

Caballeros, yo soy el hombre más inteligente del mundo. El mundo necesita hombres inteligentes. Creo que el hombre más inteligente del mundo debe tener también un paracaídas.

Cogió uno y saltó.

El Dalai Lama y el hippie se miraron el uno al otro. Finalmente el Dalai Lama habló.

Hermano, he tenido una vida satisfactoria y he conocido la felicidad que da la iluminación divina. Tú tienes toda la vida por delante. Coge el paracaídas, yo caeré con el avión.

El hippie sonrió lentamente y dijo:

No te preocupes, calvito. El hombre más inteligente del mundo acaba de saltar con mi mochila.

Moraleja: no dejes que el pánico te impida usar el sentido común.

Historia 2:

Un hombre en la barra de un bar, le dice al camarero:

Póngame 6 tequilas.

¿Está celebrando algo?

Sí, mi primera mamada.

Pues permítame que le invite a uno más para felicitarle.

No se ofenda, pero si no se me quita el sabor con 6 tequilas, con siete tampoco.

Moraleja: antes de hablar hay que pensar si el tema debe ser tratado.

Historia 3:

Cuatro hombres casados van a montar en bici.

Después de una hora de pedaleo, se oye la siguiente conversación:

HOMBRE 1: No tenéis ni idea de lo que tuve que hacer para venir a montar hoy. Tuve que prometer a mi señora que pintaría toda la casa el próximo fin de semana.

HOMBRE 2: Eso no es nada. ¡Yo tuve que prometer que le construiría una terraza nueva para la piscina, con marquesina y todo!

HOMBRE 3: Pero hombre, ¡Os quejáis por nada! Yo tuve que prometerle que remodelaría la cocina completa, incluyendo el cambio de todos los electrodomésticos.

Y así, continúan pedaleando hasta que se dan cuenta que el cuarto amigo no había dicho una palabra, y deciden preguntarle:

Tu no has dicho nada acerca de lo que tuviste que prometer para poder venir a montar hoy. ¿Nos vas a decir que no tuviste que prometer nada?

HOMBRE 4: Yo puse el despertador a las 6:00 h. Y cuando sonó, me acerqué al oído de mi mujer y le dije:

¿bici o polvete?

y ella me contestó:

Abrígate bien...

Moraleja: Una proposición bien presentada en tiempo y forma suele ser aceptada.

Besos a tod@s


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se salvan el piloto, Bill Gates y el Dalai. El hippie está mu fumao y cree que es un viaje flipante...y la Pataki, en fin, no sabe qué es un paracaídas. Por cierto, muy bueno lo de la bici o polvete...

Anónimo dijo...

desde luego ese tio se crio rodeado de mujeres porque las conoce bien. Carmen.