viernes, 21 de noviembre de 2008

EL HOMBRE INMORTAL (segunda parte)

Hola, amigos:

En primer lugar, gracias por la calidad, cantidad y variedad de insultos que me dedicáis en relación a poner por partes algunas historias. Me lo tomo como un cumplido, porque significa que os están gustando y sentís avidez por leerlas enteras.

En segundo lugar, varias de las chicas me han preguntado por la identidad de la fémina a la que deniego los besos al final de los posts. No quiero revelar el secreto, pero sí puedo deciros que me parece curioso que ninguna haya pensado en la posibilidad de que sea ella misma...

Aquí va la segunda parte de "El hombre inmortal".

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Mientras me disponía a regresar a casa era consciente de que el décimo whisky sobró. Quizá también alguno de los anteriores, pero ya no podía hacer nada salvo intentar caminar lo más recto posible y lamentar el dolor de cabeza que la resaca me dejaría a la mañana siguiente.

De repente, un empujón por la espalda me derribó en el suelo. Dos manazas tiraron de mi abrigo y de mí hacia un callejón oscuro. Sentí una descomunal patada en el estómago y en apenas unos instantes estaba sangrando, indefenso y recibiendo una lluvia de golpes.

Era Bugs, por supuesto, y en ese momento me dí por muerto. Su enorme ego quiso proporcionarme apenas unos minutos de vida mientras me contaba todo lo que os he referido hasta ahora, sólo para hacerme ver que creía encontrarse muy por encima de mí y del resto del mundo, incluido Al Capone, el siguiente en su lista. Es muy fácil planear y ejecutar venganzas cuando no se tiene miedo a la muerte.

Cuando me preparaba para recibir un tiro en la cabeza, una sombra surgió detrás de Bugs y le golpeó en la nuca dejándole inconsciente.

Bajo la tenue luz del interior del callejón pude ver que se trataba de un indio muy anciano. Yo apenas tenía fuerzas para reptar, así que descarté la huida, lo que aprovechó para atar y amordazar a Bugs. Luego hizo lo mismo conmigo. Nos arrastró con sorprendente fuerza hacia la parte trasera de una camioneta y tras un viaje interminable a oscuras nos encontramos en un lugar remoto de las montañas, al lado de un arroyo.

Bugs despertó al contacto con el agua fría y por el terror que se dibujó en sus ojos supe que el indio era el chamán. No hubo diálogo, puesto que sólo hablaba el viejo.

Eres un insensato, aunque la culpa haya sido mía. Tanto tiempo solo, sin contacto con nadie... no supe ver que tu corazón era demasiado negro para cambiar. ¿Te has preguntado alguna vez por qué me fui dejando a mi pueblo huérfano?

¿Te has preguntado alguna vez por qué llevaba tantos años sin querer saber nada del mundo?

¿Te has preguntado alguna vez cómo sé que el elixir te convierte en inmortal?

Hace más de ciento setenta años yo también fuí débil...Yo también tomé el elixir...por miedo a la muerte, por no aceptar que es parte de la vida. Al menos mi motivo no fué la venganza. Al menos mi motivo, sin ser honorable, es comprensible. Aunque la culpa sea mía, ahora tengo que castigarte. Yo me aparté del mundo por voluntad propia, para expiar mi culpa. A tí tengo que apartarte a la fuerza. Querías ser inmortal... pues ya lo eres.

Y procedió ante mis ojos a protagonizar una horripilante escena. A sangre fría, con un hacha, comenzó a descuartizar a Bugs tirando a una fogata los miembros que iba cortando. Cuando quedaba un muñón sin brazos ni piernas, solo tórax y cabeza, le sacó los aterrorizados ojos, y después le quitó la mordaza para poder desencajar la mandíbula y cortarle la lengua.

Eres inmortal, sí. Curas tus heridas, eres inmune a las enfermedades, pero no regeneras lo que pierdes. Nunca volverán a crecer tus miembros, ni tus ojos, ni tu lengua.
Eres inmortal, sí. Y te condeno a vivir sin cuerpo, sin comunicarte con nadie salvo contigo mismo, a vivir sólo en el interior de tu mente. Para siempre... por toda la eternidad.
Entonces se volvió hacia mí y contemplé horrorizado como me señalaba con un dedo ensangrentado.

Y tu no temas, voy a soltarte. Vas a llevarlo a un hospital. Y vas a guardar silencio.

Y claro que lo hice. Llevé lo que quedaba de Moran en la camioneta hasta el Northwestern Memorial Hospital. Aún puedo ver la expresión de horror de los enfermeros en el espejo retrovisor. No pasa una noche sin que reviva la escena al lado del arroyo y no paso una noche sin recordar que Bugs todavía sigue espantosamente vivo.

He guardado un silencio absoluto acerca de todo esto hasta hoy. Hasta este día en que espero en mi club la llegada de los sicarios de Capone para que me maten, porque es lo que se espera cuando uno no cumple bien con sus encargos. Es curioso como la vida avanza en círculos que se van cerrando. Bendita vida que acaba con la bendita muerte, porque por nada del mundo querría ser yo inmortal.

Besos a tod@s menos a una


2 comentarios:

Anónimo dijo...

No me puedo creer q te sepas tantas historias!!!!...o a la vez q las lees las cuentas?...si es el primer caso he de decir q estoy muy sorprendida...eres el genio de las historias,para q después te quejes q no te digo nada agradable,jajjaajajja,jolin,me he quedado absorta con el relato.En fin,espero ansiosa el siguiente...por cierto...respecto al misterio q has planteado del beso denegado de la chica x,en mi caso,si me pusiera a pensar..."seré yo maestro???"cuál sería el motivo q Don Miguel tuviese para denegarme un beso cuando lo repartes tan generosamente al resto de los lectores???ehh?Q hubiese hecho yo para merecer eso????
Firmado:La Patri ;p

Anónimo dijo...

SE ME OLVIDABA ..."BESOS PA TOR MUNDO"
SIGO SIENDO LA PATRI